Aderezas Mesas para Mi
El otro día estaba en el Supermercado (cosa que me encanta) y me percaté de que siempre que voy, además de pasar uno a uno por cada pasillo lentamente aunque sepa exactamente lo que necesite y donde está ubicado, me deleito tratando de buscar nuevas cosas que llevarle a mi hija.
Es como una especie de reto donde comienzan a pelearse mis gustos marcados contra los gustos que conozco y los que presumo que existen de mi hija.... y se me enternece el corazón.
Saber que Dios me ha regalado la oportunidad de poder escoger lo que como, basado en gustos y no en restricciones ni necesidades... es una bendición y un privilegio que muchas veces no estamos concientes de poseer...
Saber que pensar en mi Hija y en las cosas que le agradan, me hace cada un día un mejor Padre, aunque esto no sea valorado así por la generalidad...
Saber que cuando llegue a la Casa, además de la emoción de verme, sentirá emoción de que su Papito se acordó de ella y le llevó algo, por barato, caro o insignificante que sea...
Saber que cuando la vea emocionada, también me emocionaré porque no hay nada en el mundo que te llene más que ver a tus hijos rebosados de plenitud...
...y me acuerdo de mi Dios Padre... que tiene contada hasta la última hebra de cabello en mi cabeza... que me recordó a través de Jesús que El estaría pendiente de mis necesidades siempre y que yo valgo más que los pajaritos... quien es el Amor y cuyo Amor es Perfecto para con sus hijos...
...y me pregunto: si Yo, que soy un miserable comparado a su grandeza, estoy siempre pendiente de las necesidades de mi Hija... ¡¿Cuánto más está pendiente mi Padre del Cielo de mis necesidades?!...
...y nueva vez, descubrí el Agua Tibia!... Todo esto ya lo dice la Palabra, pero cada día entiendo más aquella máxima de que la Palabra sin acción es... LETRA MUERTA.
Gracias mi Dios, porque a través de una niña me abres los ojos a los más públicos secretos de Amor entre Tú y Yo.