Sobre-mesa
A menudo pienso en diferentes formas en como puedo mejorar mi comunicación contigo. Trato de guiarme de lo que me dice la gente.
Primero me dijeron que eras mi Dios.
Luego me dijeron que eras Hombre, como yo.
Luego me dijeron que eras Espíritu.
Luego me dijeron que eras mi Salvador.
Luego me dijeron que eras el hijo de Dios.
Luego me dijeron que eras el Padre del hijo.
Luego me dijeron que eras mi Padre.
Luego me dijeron que yo era tu hijo.
Luego me dijeron que yo era tu siervo.
Luego me dijeron que eras mi Señor.
Luego me dijeron que eras mi Amigo.
Como verás, es difícil saber a cuál de todos es que me dirijo. Por alguna razón sin sentido, nos han hecho creer que todos son personas distintas. Y comenzamos a acomodar la forma de hablar:
Al Dios le hablamos con respeto.
Al Hombre le hablamos sin temor.
Al Espíritu le hablamos con... todo.
Al Salvador le hablamos como rescatados.
Al Hijo del Padre le hablamos como intermediario ante el Padre.
Al Padre del Hijo le hablamos como autoridad suprema por encima del hijo y mandamás del Cielo.
Al Padre nuestro le hablamos como papá pegón, con respeto y cierta distancia.
Como Hijos te hablamos con auto flagelación y desconfianza.
Como Siervos te hablamos como al Amo, sometidos.
Al Señor le hablamos como todopoderoso.
Al Amigo le hablamos como... como... eh,.... ,..... un segundo más...., ............................................
Carajo que brega nos da hablarte como Amigo! OK, creo que acabo de hacerlo. Bueno, el caso es que todo esto me trajo a la conclusión de que para hablar como es, al parecer nos hace falta una Mesa.
¿Una mesa? Sí, una mesa. De esas que Tu Hijo hacía en su juventud cuando era carpintero. De las mismas que todavía usamos Hoy. Sí, sí, ya sé que la ciencia y la tecnología no han podido revolucionar ese concepto en más de 2,000 años. ¿Te sorprende viejo?
Te lo digo porque analizando así como que súper full con mi mega sabiduría occidental platanera, me he dado cuenta de que las susodichas Mesas son un elemento centrante en las reuniones. Vaya que te esmeraste en crear un Ser bastante complejo. A ver si me explico.
Se supone que si hay una mesa en el medio de una reunión, la función de la mesa (además de apoyar y colocar cosas) es separarnos a unos de los otros, para garantizar cierta equi-distancia entre los presentes que permita la fluidez de las miradas, gestos y palabras. Pero por alguna razón, cuando hay una mesa, nos unimos más. Entonces al separarnos, ¡nos unimos!
Cuando Jesús ya se marchaba físicamente del Mundo, bien pudo haber reunido a los discípulos en un círculo de oración, en el más bello de los montes. O también pudo escoger una habitación solitaria para compartir una especie de despedida social con música, bebidas, abracitos y lágrimas. Quizás una Barca hubiese sido ideal, como cómplice de tantas otras aventuras. Pero el maestro escogió hacer una Cena, porque además de que le encantaba comer como buen buquí, en la cena siempre se usa... ¡una Mesa!
Entonces la Mesa es una especie de instrumento obvio e imperceptible a la vez, que utilizas para deleitarnos. Te digo, que te esmeraste en crear una vaina 'complicá'. Es que es tan obvio que no lo podemos ver. Te la comiste... ¿dónde? ¡En una mesa!
¿Dónde estaba Jesús cuando inició su ministerio a través de su primer milagro? En las bodas de Caná de Galilea. Y cuando los invitados asisten a una boda, ¿dónde los acomodan? ¡En una mesa!
En el Salmo 23, David dijo "me has preparado un banquete ante los ojos de mi enemigos" o en otras versiones "aderezas mesas delante de mi en presencia de mis angustiadores", o sea que tú nos preparas la mesa a nosotros... para alimentarnos, para hablarnos, para mimarnos, para compartir, para revelarnos... para deleitarnos...
Finalmente y después de todo, comienza a hacerme sentido algunas cosas:
- Al Salvador, le llaman Mes-ías...
- El recibir la Eucaristía, le llaman hacer Mesa...
- El Altar (del latín altare que significa lo más ALTO), siempre tiene una Mesa...
- Tus Promesas, son Pro-Mesas...
- Mesa, quiere decir comida o alimento que cada día toma una persona.
- Mesa, también quiere decir Terreno elevado y llano, de gran extensión, rodeado de valles... ¿no se te parece a algo así como el Cielo o al camino hacia el Cielo?
Por eso:
Quiero sentarme contigo a la mesa
hablarte directo y compartir la mesa.
Quiero separarme de ti con una mesa
para unirnos más y hacer mesa.
Quiero saciarme y hacer sobremesa
y vivir contigo en una mesa.
Quiero poner las cartas sobre la mesa
para acercarme más y que sobre-mesa.
Voy a cambiar un pecado por una promesa
para convertirme contigo en un ser pro-mesa.